Las Orillas del Comienzo

Mas de 50 años habian transcurrido desde que habia recuperado mi memoria. El dia que habia arrivado a La Push, sin saberlo, habia arrivado al lugar que me enseñaria gran parte de lo que era, de lo que soy, de lo que sere.
Observaba ahora el inmenso mar en su totalidad infinita, cortando el horizonte con el cielo, un cielo radiante por la puesta del sol, que reflejaba su resplando radiante en las olas que se agitaban como danzando entre ellas. Tuve ganas de seguirlas por un momento, como me habia sucedido la primera vez que las habia visto.
El agua salada mojaba mis pies. No pude hacer mas que quedarme en aquella orilla, hipnotizado con tal hermosa postal, aquella postal que traia a mi mente los mas hermosos recuerdos vividos en aquellas tierras...

Segui caminando por la orilla en silencio. Observaba la arena bajo mis pies, y luego como una pequeña ola rompia y mojaba mis pies al cubrirla. EL crepusculo habia comenzado y pronto llegaria a su fin para dar paso a la oscura noche que solia cubrir aquellos lugares. Me pregunte si debia quedarme o seria molestado por algun chupasangre, por mas que tenian prohibida la entrada a aquella zona uno nunca sabia, mas con tantos seres que ignoraban el tratado.
Alli me quede entonces, me detuve y puse mis manos en los bolsillos de mi bermuda de jean para quedarme observando mi alrededor...

Forks, Forks, ¿Qué demonios hacia yo en Forks? ¡Esperen! ¿Qué hacia yo en el terreno de los licántropos? Más bien buscaba problema, quizá aquí seria el lugar perfecto para encontrarlos. Mire de reojo a la gente que se me quedaba viendo pero la ignore entre mas rápido de adentrara en las cosas de este sitio mas rápido pasaría desapercibida y podría quizá descubrir cosas nuevas.
Baje una colina que me llevaba hacia la playa, el crepúsculo estaba en su posición mientras lo miraba, me senté en una de las rocas del lugar observándolo, esperando no ser descubierta, así no tendría que ensuciarme las mas ni ser regañada por los amos.
Desvíe la mirada hacia la orilla, donde había un chico en ella. No le preste mucha atención aunque quizá eso no hubiera sido buena idea.



Off:
Espero que no te moleste que me halla metido a tu post. u.u

El crepusculo casi avanzaba por completo cuando una leve brisa me golpeo por detras y trajo consigo un aroma acido para mi olfato, un aroma que hacia mucho no sentia pero que sin embargo era completamente familiar a mis sentidos. Aroma a vampiro.
*Sabia que no podia quedarme tranquilo, aun en La Push* pense, y agradeci mi falta de confianza respecto al tratado hecho con los Cullen sobre los limites del lugar.
Me voltie bruscamente y busque con la mirada esperando tal vez no ver nada a simple vista; podia que el aroma hubiera venido con la rafaga de algun lugar distante y mi falta ya de costumbre me hubiera hecho sensible a ese edor, pero no... alli estaba...
Rubia, palida, con sus ojos como el rubi, sus ojeras negras e intensas los resaltaban, y se clavaban en los mios fijamente.
Busque amenaza, odio, rencor, granas de asesinar, y sin embargo encontre la nada absoluta... solo se limitaba a observarme fijamente... como si fuera una estatua...

Off: no hay problema... me olvide de detallar que el tema era libre...

En el momento exacto en que el viento tapo su vision me acerque unos cuantos pasos sigilosamente. Aun la observaba fijamente, estudiando su conducta; no parecia una gran amenaza, pero uno nunca sabia ni se podia fiar. Finalmente decidi acercarme a una distancia considerable dando paso tras paso sin hacer movimientos bruscos.
-La Push es una zona algo peligrosa para frios... venir aqui sin una buena razon es buscar suicidarse, sin duda alguna...
Comente tranquila y claramente con mi voz grave.

-Eso solo me deja creer que tienes una buena razon para estar aqui...
Dije clavandole la mirada y sosteniendosela fijamente.
-Aun no he escuchado su nombre, madame...
Comente dejando inconclusa la frase para que ella se presentara.

-Alexander...
La observe detalladamente por segunda vez, y volvi a concentrarme en cada movimiento de su frio cuerpo. No importaba mucho en realidad que vagaran por aquellas tierras siempre y cuando mantuvieran sus ansias de cazar... pero ese punto era algo que no les gustaba discutir a los muchachos de la manada, y ya que yo no era uno de ellos, sino un viejo conocido, mi poder de opinion valia poco y nada a la hora de decidir cuestiones serias.
-No tengo nada contra ti, Heidi... pero permiteme el atrevimiento de darte un simple consejo... termina con lo que has venido a hacer, de manera pacifica, y marchate cuanto antes... yo te dejare ir, pero tal vez el proximo lycan con el que te encuentres decida lo contrario...
Aclare aun serio y con mi gruesa voz perfecta.

-Al fin y al cabo, a veces no triunfa quien golpea mas fuerte, sino aquel que sabe controlar su soberbia....
Le refute aquella respuesta tan insolente y llena de provocacion que hubiera hecho enojar a mas de uno de los muchachos de la manada de La Push.
-Como tu quieras... es tu existencia la que corre riesgo... y que no te caiga duda, de que nosotros jamas correremos de nuestras tierras... antes muertos... querida Heidi...
Le sonrei placidamente. No iba a permitir que tan insolente chupasangre se creyera tan poderosa como para amenazar a cualquiera del lugar y creer que saldria ilesa.

Aprete las mandibulas para evitar perder la calma, y por las dudas de que aquella 'mujer' intentara saltarme al cuello. Uno nunca sabia que esperar de esas criaturas. Siempre se tenia que estar preparado para la batalla.
-Creeme, aca, alguien en tu condicion, lo hara... sino se atendra a las consecuencias de haber violado los tratados de La Push...

Finalmente no pude mas que tensar todos mis musculos, concentrandome en no perderla de vista y a la vez en no perder mi calma. No me gustaba entrar demaciado en fase, eso era algo que solo hacia en situaciones extremas. Entonces cuando palmeo mi rostro pude sentir su fria y petrida mano, senti repulsion, pero no me quise mover. Enterre mi mirada en la de ella, fijamente intentaba advertirle que se fuera, que mis intenciones no eran lastimarla, pero ella, al parecer tenia en mente todo lo contrario.
-No deberias ser tan soberbia, mi querida Heidi...
Conteste articulando cada palabra para no perder mi control interno.
-...ni mucho menos llamarme 'perrito'...
Agregue con un tono de voz mas grave, casi apretando los dientes.

Aprete aun mas mi mandibula. Pude sentir su aroma cada vez mas a mi alrededor, inundando mis pulmones. La bestia en mi estaba ansiosa por probar su carne, pero mi parte humana se resistia al descontrol... no... no podia perder el control, seria una violacion a mis principios.
-Haste un favor... largate AHORA!!!
Respondi elevando el tono inconscientemente de la ultima palabra. No pasaria mucho antes de que el lobo no acatara mis ordenes y se contuviera. Y mas aun si ella seguia provocandome de aquella manera. Pude sentir como mi temperatura corporal se elevaba y me iba tornando mas rojo en cuanto a mi piel.
-VETE!!!...

Sentí como su cuerpo empezaba a tensarse mas, su temperatura empezaba a aumentar lentamente… definitivamente estaba perdiéndolo el control.
Empecé a rodearlo mirándolo atentamente mientras daba muchas vueltas a su alrededor, riéndome cínicamente.
Después me pare justo en frente de el, a escasos centímetros de su cuerpo y rostro mirándolo atentamente, fulminándolo.
-Oblígame perro- susurre fuertemente y con mi sonrisa de malicia.



Off:
Gracias por esperar n.n

Habia mantenido los ojos cerrados obligadamente como parte de mi rutina para tranquilizarme cuando ella habia comenzado a rodearme, sin embargo, su ultimo movimiento me habia obligado a abrirlos, a observar a escasos metros aquellos ojos rojos como la sangre; senti su aliento, pude oler su acido perfume, su aura se interpuso a la mia, y sin medir consecuencias, en un agil movimiento la alse por el cuello, tensandome, agitado, ahogando mi lobo interno a que se detuviera un instante a pensar.
-Eso se puede arreglar...
Respondi entre balbuceos, mirandola fijamente con ira.

Off:
No hay problema...

Sonreí con malicia mirando como me tomaba del cuello poniendo mis manos en su muñeca de la mano que me tenia en el cuello.
-Anda perro ...-
No pude evitar dejar de sonreír mientras lo miraba para nada me echaria para atrás o diria que tenia miedo o algo por el estilo primero... más muerta.

Alli la tenia, y ella lo disfrutaba, estaba ganando lo que queria... Hice un gran esfuerzo buscando en mi interior. No lo podia encontrar, mi razon parecia haber esaparecido de golpe.
Solte un largo y grave grito y lanse a la chupasangre lejos de mi sobre una duna de arena.
-VETE!!!... AHORA!!!
Grite desesperado.

Sentí como me zafaba de su mano y caía sobre la arena haciendo que esta saltara un poco. Cerré los ojos cuando caí por el impacto e inercia después simplemente los volví a abrir viéndolo a él y escuchando su grito cuando hablo.
Alce una ceja y me encogí de hombros sin dejar de mirarle.
-No…- vaya si que era una persona masoquista y terca.

-NO ESTAS AYUDANDO A LA SITUACION....
Definitivamente si existia la cordura en mi, ya se habia ocultado. EN mi voz se reflejaba la bestia ya casi en el exterior de mi cuerpo, y podia apostar que mi rostro y aspecto no me favorecian.
Casi por instinto me arranque la camiseta dejando ver mi torso tenso y colorado. La observe fijamente con ira en mis ojos, y desee poder haber sido un poco mas autocontrolable.

Alce una ceja y me encogí un poco más de hombros cuando note como desgarraba su camiseta y como su rostro cambiaba al igual que su cuerpo estaba mucho más tenso que nunca. Por un segundo pude sentir un poco de miedo, quizá demasiado poco pero ahí estaba el miedo, después simplemente desaparecio dejando que mi mente se despejara y pudiera ver claramente la situación en la que estaba.
Un licántropo frente a mi a punto de entrar en fase y quizá empezar una pelea que solo uno ganaria... o a lo mejor me equivocaba.
-Nunca dije que ayudaria...- susurré a penas echandole más leña al fuego.